El mantenimiento de las cubiertas de los edificios es clave para evitar problemas en la estructura en el inmueble causados por filtraciones de agua de lluvia, desgaste natural o acumulación de suciedad.
Una cubierta en mal estado puede generar goteras, humedades, y hasta comprometer la estabilidad del edificio. Si no se detectan a tiempo, según los elementos constructivos empleados en cada inmueble.
Las más habituales por su tipología constructiva y uso son:
Las primeras suelen ser transitables y por lo tanto de fácil acceso para su mantenimiento,. El resto no son transitables y su acceso y mantenimiento en de mayor dificultad.
Si quieres saber más sobre tipos de cubierta y normativa, consulta el CTE
Membranas asfálticas, Membranas líquidas, Tela asfáltica, Láminas de polietileno, asfalto con polímeros, mortero impermeable
Sistema cubierta invertida para las cubiertas planas, se invierte el orden tradicional de los elementos en una cubierta, con un alto grado de eficiencia y durabilidad de los materiales
En los edificios en régimen de propiedad horizontal (como en comunidades de vecinos), el mantenimiento de las cubiertas suele ser responsabilidad de la comunidad de propietarios, ya que las cubiertas son consideradas parte de los elementos comunes.
Los administradores de fincas o los presidentes de las comunidades suelen coordinar estas tareas a través de profesionales o empresas especializadas a cargo de la comunidad, siempre y cuando los usufructuarios de las terrazas, no hayan sido los causante del estado de las mismas.
El mantenimiento de las cubiertas incluye:
1. Limpieza de canalones y desagües, para evitar obstrucciones.
2. Revisión de impermeabilización para prevenir filtraciones.
3. Inspección de tejas o elementos de la cubierta para detectar fisuras o desprendimientos.
4. Reparación de zonas deterioradas para evitar que los problemas se agraven.
Los seguros de daños suelen excluir daños derivados de la falta de mantenimiento. Es decir, si se demuestra que los desperfectos (como goteras o filtraciones) son consecuencia de no haber realizado un mantenimiento adecuado de la cubierta, el seguro puede negarse a cubrir los daños
Sin embargo, si el daño es por causas fortuitas (como tormentas o granizadas) y no se debe a negligencia en el mantenimiento, el seguro puede hacerse cargo de las reparaciones.
En resumen, mantener la cubierta en buen estado es fundamental tanto para evitar daños mayores como para que el seguro no se excuse en la falta de mantenimiento al momento de reclamar.
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